¿Vivimos en una época de cambios, o un cambio
de época? ¿Cómo caracterizar las profundas transformaciones que acompañan la
acelerada introducción en la sociedad de la inteligencia artificial y las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación (TIC)? ¿Se trata de una nueva
etapa de la sociedad industrial, o estamos entrando en una nueva era? “Aldea
global”, “era tecnotrónica”, “sociedad postindustrial”, “era" o
"sociedad de la información” y "sociedad del conocimiento" son
algunos de los términos que se han acuñado en el intento por identificar y
entender el alcance de estos cambios. Pero mientras el debate prosigue en el
ámbito teórico, la realidad corre por delante y los medios de comunicación
eligen los nombres que hemos de usar.
Cualquier término que usemos, en el fondo, es
un atajo que nos permite hacer referencia a un fenómeno -actual o futuro-, sin
tener que describirlo cada vez, pero el término escogido no define, de por sí,
un contenido. El contenido emerge de los usos en un contexto social dado, que a
su vez influyen en las percepciones y expectativas. Pues, cada término lleva
consigo un pasado y un sentido (o sentidos), con su respectivo bagaje
ideológico. Era de esperarse entonces, que el término que se quiera emplear
para designar la sociedad en la que vivimos, o a la cual aspiramos, sea objeto
de una disputa de sentidos, tras de la cual se enfrentan diferentes proyectos
de sociedad.
En la última década, "sociedad de la
información" es sin duda la expresión que se ha consagrado como el término
hegemónico, no porque exprese necesariamente una claridad teórica, sino gracias
al bautizo que recibió, en las políticas oficiales de los países más
desarrollados y la coronación que significó tener una Cumbre Mundial dedicada
en su honor.
Los antecedentes del término, sin embargo,
datan de décadas anteriores. En 1973, el sociólogo estadounidense Daniel Bell
introdujo la noción de la «sociedad de información» en su libro El advenimiento
de la sociedad post-industrial, donde formula que el eje principal de ésta será
el conocimiento teórico y advierte que los servicios basados en el conocimiento
habrían de convertirse en la estructura central de la nueva economía y de una
sociedad apuntalada en la información, donde las ideologías resultarían
sobrando.
Esta expresión reaparece con fuerza en los
años 90, en el contexto del desarrollo de Internet y de las
TIC. A partir de 1995, se lo incluyó en la agenda de las reuniones del G7
(luego G8, donde se juntan los jefes de Estado o gobierno de las naciones más
poderosas del planeta). Se ha abordado en foros de la Comunidad Europea y de la
OCDE (los treinta países más desarrollados del mundo), también lo adoptaron el
gobierno de Estados Unidos, así como varias agencias de Naciones Unidas y el
Grupo Banco Mundial, todo ello con gran eco mediático. A partir de 1998, el
término “sociedad de información” fue escogido, primero en la Unión
Internacional de Telecomunicaciones y luego en la ONU, para el nombre de la Cumbre
Mundial a realizarse en 2003 y 2005.
En este contexto, el concepto de
"sociedad de la información", como construcción política e
ideológica, se ha desarrollado de la mano de la globalización neoliberal, cuya
principal meta ha sido acelerar la instauración de un mercado mundial abierto y
"autoregulado". Política que ha contado con la estrecha colaboración
de organismos multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC),
el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, para que los países
débiles abandonen las regulaciones nacionales o medidas proteccionistas que
"desalentarían" la inversión, todo ello con el conocido resultado de
la escandalosa profundización de las brechas entre ricos y pobres en el mundo.
En este contexto, si bien las tecnologías de
la comunicación han sido un factor clave en la aceleración de la globalización
económica, su imagen pública está más asociada a aspectos más
"amigables" de la globalización, como Internet, telefonía celular e
internacional, TV por satélite, etc. Así, la sociedad de la información ha
asumido la función de "embajadora de buena voluntad" de la
globalización, cuyos "beneficios" podrían estar al alcance de
todos/as, si solamente si pudiera estrechar la "brecha digital".
Por otro lado, la noción de "sociedad del
conocimiento" (knowledge society) emergió hacia finales de los años 90; es
empleada particularmente en medios académicos, como alternativa que ciertos
prefieren a "sociedad de la información". La UNESCO, en particular,
ha adoptado el término "sociedad del conocimiento", o su variante,
"sociedades del saber", dentro de sus políticas institucionales. Ha
desarrollado una reflexión en torno al tema, que busca incorporar una
concepción más integral, no ligado solamente a la dimensión económica. Un matiz en este debate, que solo concierne a
los idiomas latinos, es la distinción entre "conocimiento" o
"saber" (ambos en inglés se traducen como "knowledge"). La
noción de “saberes” implica certitudes más precisas o prácticas, mientras que
conocimiento abarca una comprensión más global o analítica.
Es preciso diferenciar aquí, entre aquellas
definiciones que apuntan a caracterizar una realidad existente o emergente, y
aquellas que expresan una visión de una sociedad potencial. Las dos tienen su
relevancia: las primeras por su aporte al análisis, las segundas porque
orientan políticas y acciones. En la primera categoría, nos referiremos a
Manuel Castells, por ser una de los investigadores que más ha desarrollado el
tema, y autoridad reconocida en la materia.
En este sentido, Castells prefiere el término
"sociedad informacional" antes que "sociedad de la
información" (haciendo la comparación con la diferencia entre industria e
industrial). El mismo autor señala que
si bien el conocimiento y la información son elementos decisivos en todos los
modos de desarrollo, "el término informacional indica el atributo de una
forma específica de organización social en la que la generación, el
procesamiento y la transmisión de información se convierten en las fuentes
fundamentales de la productividad y el poder, debido a las nuevas condiciones
tecnológicas que surgen en este período histórico". (Castells 1999, p.47)
Más adelante precisa: "Lo que caracteriza a la revolución tecnológica
actual no es el carácter central del conocimiento y la información, sino la
aplicación de ese conocimiento e información a aparatos de generación de
conocimiento y procesamiento de la información/comunicación, en un círculo de
retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos". Y acota:
"La difusión de la tecnología amplifica infinitamente su poder al
apropiársela y redefinirla sus usuarios. Las nuevas tecnologías de la
información no son sólo herramientas que aplicar, sino procesos que
desarrollar. (...) Por primera vez en la historia, la mente humana es una
fuerza productiva directa, no sólo un elemento decisivo del sistema de
producción". (p 58.)
En cuanto a la sociedad del conocimiento, en
una publicación posterior Castells señala: "se trata de una sociedad en la
que las condiciones de generación de conocimiento y procesamiento de
información han sido sustancialmente alteradas por una revolución tecnológica
centrada en el procesamiento de información, la generación del conocimiento y
las tecnologías de la información". (Castells 2002). De este autor, se
desprenden dos enfoques:
Para el primer enfoque, hablar de sociedad de
la información se refiere a un nuevo paradigma de desarrollo, que asigna a la
tecnología un rol causal en el ordenamiento social, ubicándola como motor del
desarrollo económico. La implicación de este discurso, para los países en
desarrollo, es que la transición hacia la sociedad de la información es
esencialmente una cuestión de tiempo, y de decisión política para crear las
"condiciones habilitadoras" adecuadas. Algo parecido sucedería con
relación a los sectores sociales afectados por la brecha digital, a los cuales
habría que incluir, mediante programas de acceso universal. Al colocar a la
tecnología al centro de este modelo, la industria de telecomunicaciones aparece
como la llamada a liderar su desarrollo, mientras que la industria productora
de servicios y contenidos digitales asume una influencia inédita.
El segundo enfoque, se contrapone a este
primero, en el entendido que la nueva etapa del desarrollo humano en la cual
estamos entrando se caracteriza por el predominio que han alcanzado la
información, la comunicación y el conocimiento en la economía y en el conjunto
de actividades humanas. Desde este enfoque, la tecnología es el soporte que ha
desencadenado una aceleración de este proceso, pero no es un factor neutro, ni
su rumbo es inexorable, puesto que el propio desarrollo tecnológico es
orientado por juegos de intereses.
En esta perspectiva, las políticas para el
desarrollo de la sociedad de la información deben centrarse en los seres
humanos, en función de sus necesidades y dentro de un marco de derechos humanos
y justicia social. En tal proceso, los países en desarrollo y los actores
sociales deberían tener un rol clave en la orientación del proceso y de las
decisiones. En otras palabras, para este segundo enfoque, lo
fundamental no es "información" sino "sociedad". Mientras
la primera hace referencia a datos, canales de transmisión y espacios de
almacenamiento, la segunda habla de seres humanos, de culturas, de formas de
organización y comunicación. La información se determina en función de la
sociedad, y no a la inversa.
REFERENCIAS
Edvinsson L, Malone S. (2000) El capital intelectual: Cómo identificar y
calcular el valor de los recursos intangibles de su empresa. Barcelona:
Ediciones Gestión.
Mattelart A. (2001) Historia de la empresa de la información, ediciones La Découverte.
Mattelart A.
(2002) La Comunicación al
asalto de la cultura, imperio de los medios de comunicación, "manera de
ver, N ° 63, París, Le Monde Diplomatique.
UNESCO (2003). "Towards Knowledge Societies. An Interview
with Abdul Waheed Khan" Disponible:http://portal.unesco.org/ci/en/ev.php-URL_ID=11958&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html
Consultada:
11 de Julio de 2016
saludos!!con todo respeto al material publicado con fundamentación teorica significativa, me gustaria aportar que la sociedad de la información es una formación política e ideológica, que se desarrolló de la mano de la globalización neoliberal, cuya principal meta ha sido acelerar la instauración de un mercado mundial abierto y "autoregulado"
ResponderEliminarHola compañeros excelente trabajo, Felicidades !! Algo que quisiera agregar es que la sociedad de la información y la sociedad del conocimiento nos han llevado hoy día a un mundo mas globalizado y sumergido en los avances e innovaciones. Considero que las organizaciones deben estar al tanto de estos cambios en la sociedad y adaptar sus políticas y estrategias para poder sostenerse ante dichas transformaciones.
ResponderEliminarBuenos días compañeros, buen trabajo. Felicitaciones; la sociedad de la del conocimiento procesa todo ese volumen de informaciñon y lo convierte en algo útil para la sociedad, en ese sentido es un paso más de la sociedd de la informacón pero con pertinencia social.
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